Los últimos comicios resultaron un éxito estruendoso. Supongo que este ha de ser el único gobierno habilitado a jactarse de haber cumplido fehacientemente con todas y cada una de las promesas realizadas en campaña.
¡Todo funciona!. No hay ladrones, no hay problemas. No hay disputas entre vecinos, las cloacas no se tapan y no hay accidentes de tránsito.
Las calles están bien marcadas. No hay pegatinas ni graffitis en los muros. No hay gritos ni insultos. No hay okupas.
Tampoco hay gente, pero así parecen ser las ciudades del futuro.